jueves, julio 12, 2007

Los días que se vuelven grises se han vuelto grises y las noches que se vuelven solitarias se han vuelto solitarias. Quiero decir. La piel que no es tocada se queda intacta y los labios que no se besan permanecen secos. Los ojos que no se miran no se ven y las voces que no son escuchadas vuelven a los oídos sordos. Es decir. La noche que ha anochecido se vuelve noche cerrada.


Y a pesar de todo, y aunque todo pese, la noche no es tan oscura cuando estoy sobre tu pecho.